De tanto perder aprendí a ganar…De tanto llorar se me dibujó esta sonrisa. Conozco tanto el suelo que sólo miro al cielo. Toqué tantas veces fondo que cada vez que caigo, ya sé que mañana subiré.
Me asombra tanto cómo es el ser humano, que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para aprender a acompañarme.
Intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a esperar a que me pidan ayuda.
Hago sólo lo que debo, de la mejor forma que puedo, y los demás que hagan lo que quieran. Ví tantas liebres correr sin sentido, que aprendí a ser tortuga y así apreciar el recorrido…
Y lo más importante;
Aprendí a ser feliz con las personas que realmente me hacen sentir bien con solo una sonrisa.
Si la cabeza te dice una cosa
Ilustración Christian Schloe
Si la cabeza te dice una cosa.