Ya no tengo paciencia para ciertas cosas, pero no es porque me haya vuelto arrogante, sino que llegué a un punto en mi vida en el cual ya no quiero seguir gastando más tiempo con las cosas que no me gustan o que me hieren.
No tengo paciencia para el cinismo, para la critica excesiva ni para las demandas de ninguna naturaleza.
He perdido las ganas de complacer a quienes no les caigo bien, de amar a quienes no me aman y de sonreír a quienes no quieren sonreírme.
Meryl Streep
Ilustración Brian Lotti
Si la cabeza te dice una cosa.