Felices los que saben reírse de sí mismos, porque no terminarán nunca de divertirse.
Felices los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos tropiezos.
Felices los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio, porque serán apreciados por quienes les rodean.
Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio, porque su camino será de pleno sol.
Felices los que sepan mirar seriamente a las cosas pequeñas y tranquilamente las cosas importantes: porque llegarán lejos en la vida.
Felices los que sepan interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aún en contra las apariencias.
Santo Tomás Moro
Felices los que cómo yo empiezan a apreciar el presente y a quererse.
Ilustración Tara Jacoby
Si la cabeza te dice una cosa.
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