Durante mucho tiempo me pareció que la vida estaba a punto de comenzar, si la verdadera vida. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que superar antes, un asunto sin terminar, tiempo que esperar o una deuda que pagar.
Finalmente entendí que esos obstáculos eran mi vida.
Esta perspectiva me ha ayudado a entender que no hay un camino a la felicidad.
La felicidad es el camino, así que atesora cada momento que tienes, y recuerda que el tiempo no espera a nadie.
La Felicidad es una travesía, no un destino. Así que;
Baila, como si nadie te estuviera mirando.
Ama, como si nunca hubieras sufrido.
Canta, como si nadie pudiera oírte.
Vive, como si el paraíso estuviese en la tierra.
Padre Alfred D'Souza
Ilustración Olaf Hajek
Si la cabeza te dice una cosa.
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