Es normal que durante un programa de perdida de peso nos obsesionemos con la balanza. Pesarte a diario o varias veces al día puede causarte frustración y ser contraproducente porque el peso es fluctuante y muy relativo.
Factores como el estreñimiento, los cambios hormonales (el ciclo menstrual, la menopausia) o la actividad física que como ya sabes pierdes agua pero se recupera una vez que comienzas a tomar liquido.
Basarte en la composición corporal es decir, la relación músculo-grasa es una alternativa más estable y representativa que el peso (recordemos que al aumentar la masa muscular y perder grasa, el peso aumenta aunque nos veamos más delgados).
El momento ideal para pesarse es por la mañana, en ayuno y preferiblemente después de ir al baño.
Aunque, existen otros medios de auto-evaluación caseros: el espejo y nuestra ropa.
Enfoca tu mente más en perder medidas y en sentirte saludable que en el peso. Utiliza la paciencia y la perseverancia.
La composición corporal se determina con sistemas como una balanza de impedancia. Ahora, ya las hay para tener en casa y son muy sencillas de utilizar.
Y no te olvides del ejercicio físico. Mente sana in corpore sano.
Imagen Tanita
Ilustración Laura Perez
Si la cabeza te dice una cosa.
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